La literatura juvenil es considerada una herramienta valiosa para la formación de personas (Sanjuán Álvarez, 2011; Carr, 2005; Cerrillo, 2010; Fierro Chong, 2019), por tanto, se hace necesario prestarle atención desde todas las perspectivas posibles y, especialmente, desde el ámbito educativo. En este estudio nos centraremos en la etapa de la Educación Secundaria, puesto que la literatura puede ayudar a gestionar cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales significativos. Durante la adolescencia se experimentan numerosas dificultades, tanto internas como externas, que pueden generar confusión, estrés y ansiedad. Entre las dificultades más comunes que enfrentan los adolescentes se encuentran la inseguridad en sí mismos, la presión social y el acoso escolar, la toma de decisiones importantes como la elección de una carrera, la búsqueda de identidad, el enfrentamiento a nuevas responsabilidades y el manejo de emociones complejas como la tristeza, la rabia o el enamoramiento. Estas dificultades pueden generar un fuerte impacto en la autoestima y la autoconfianza de los adolescentes, lo que puede afectar su desarrollo emocional y cognitivo. Por tanto, es importante prestar atención a estas dificultades y ofrecer a los adolescentes el apoyo y los recursos necesarios para superarlas y crecer saludablemente. En este sentido, Bárbara Maricely Fierro Chong entiende que la educación de las nuevas generaciones “tiene en la literatura un contenido de infinitas posibilidades para el logro de aprendizajes autónomos, significativos, de enraizamiento cultural desde lo cognitivo, afectivo y creativo” (2019, p. 83).
La lectura de historias con personajes responsables puede ser un modelo para que los jóvenes aprendan a tomar decisiones y asumir sus consecuencias. Así, la literatura juvenil ofrece una oportunidad para que los jóvenes se identifiquen con los personajes y se involucren emocionalmente en las historias, lo que puede contribuir al desarrollo de su empatía y su capacidad de comprensión hacia los demás (Ferreiro, 2018). Bárbara Maricely Fierro Chong (2019) coincide con esta opinión y destaca que la literatura permite a los estudiantes aprender de manera más efectiva, ya que pueden conectarse emocionalmente con las historias, los personajes y aplicar lo que aprenden en sus propias vidas, de forma que la literatura se convierte en una herramienta valiosa para la educación integral de los estudiantes.
La selección de lecturas (Sanjuán Álvarez, 2011; Carr, 2005; Cerrillo, 2010; Fierro Chong, 2019) se convierte en un elemento fundamental dentro del aula a través de libros que presenten personajes y situaciones que permitan a los jóvenes reflexionar y discutir temas relevantes para su formación en valores. Por esta razón, en este estudio, se propone la lectura Primavera 2020 como herramienta educativa para tratar el perdón. Esta virtud es fundamental como vía de resolución de conflictos, para restituir la convivencia, mejorar la salud y el bienestar personal (Dans y Muñiz, 2021). El perdón debe entenderse como un acto de amor hacia uno mismo y a los demás, por el que el agraviado tendrá que aprender a distinguir entre la persona que cometió ese acto y la acción que realiza, pues “si en aquel que nos ha infligido un mal objetivo vemos simplemente a nuestro ofensor, si no somos capaces de percibir que su persona no se agota en su mala acción, si no percibimos que su ser así fáctico revelado a través de su acción no se identifica necesariamente con su auténtico ser así, nos resultará muy difícil perdonar” (Crespo, 2004, p. 137). En esta lectura el agraviado muere por una intoxicación etílica, la historia avanza en clave de investigación para reconstruir todos los sucesos y las personas implicadas en su muerte, y una vez la verdad de lo sucedido se revela, en ese momento en el que el rencor debería hacer acto de presencia por las experiencias vividas, el protagonista opta por el perdón. Pablo se ejerce, entonces, como modelo y ejemplo de uno de los actos de perdón más difíciles, puesto que le han arrebatado lo más valioso que poseía: su vida. En la trama el protagonista descubre que las personas implicadas no tenían el poder de controlar su destino personal, incluso después de la muerte, y que el perdón supone una liberación profunda de carga emocional que le acerca a estar en paz. Este hecho de perdonar, no solo le libera a él mismo, sino que provoca una reacción en cadena al permitir que otros integrantes en esta tragedia también se perdonen a sí mismos. Y es que el conflicto y la comisión de errores es una consecuencia natural de la convivencia humana, por esta razón es fundamental llevar al aula metodologías que recojan y apuntalen este proceso. Al respecto, De la Torre (2004, p. 7) distingue entre error como proceso y error como resultado, este último tiene consecuencias negativas y provoca arrepentimiento y culpa (podemos ver sus efectos en algunos personajes del libro, que se culpan por la muerte de Pablo). Sin embargo, si se entiende como proceso, el error pasa de “efecto destructivo” a “estímulo creativo o procedimiento constructivo”. Desde esta perspectiva el conflicto se convierte en aprendizaje, puesto que señala el error y conductas contrarias a la convivencia, pero también ofrece una vía pacífica para gestionar el conflicto.
El marco legislativo europeo siempre ha acompañado y valorado la lectura en el aula como vehículo de aprendizaje. Actualmente, la nueva Ley Orgánica de Educación y Formación Profesional (LOMLOE, 2020), aprobada en España en diciembre de 2020, incluye varias referencias a la literatura y su papel en la formación integral de los estudiantes. En concreto, el artículo 2 establece que uno de los objetivos de la educación es «fomentar la lectura como fuente de conocimiento, disfrute, enriquecimiento personal y desarrollo de la empatía y el pensamiento crítico», mientras que el artículo 6 señala que uno de los principios fundamentales de la educación es «la formación integral de las personas, atendiendo a todas las dimensiones de su desarrollo personal y social, en el marco del respeto a los derechos y libertades fundamentales y al fomento de valores como la igualdad, la libertad, la solidaridad, la justicia, la responsabilidad, el respeto y la tolerancia». La normativa vigente reconoce el papel fundamental de la literatura en la formación integral de los estudiantes y su importancia en el fomento de valores y el desarrollo del pensamiento crítico, y establece medidas para promover la lectura y el acceso a la cultura literaria en el ámbito educativo. Como, por ejemplo, a través del uso de las bibliotecas escolares como espacios de lectura y fomento de la cultura, y establece que se deberá fomentar el acceso a la lectura en todos los formatos, incluyendo la literatura juvenil (Ministerio de Educación y Formación Profesional, 2021).
Esta investigación pretende abordar una metodología en el aula que permita trabajar el perdón a través de una novela juvenil, enfatizando el componente emocional de la lectura y la posibilidad de que la literatura transforme al lector (Sanjuán Álvarez, 2011). Así, la literatura juvenil es una herramienta valiosa para abordar temas complejos como el perdón, ya que permite a los jóvenes explorar situaciones y emociones desde la perspectiva de los personajes. Para Dans y Muñiz (2021) el perdón es una vía efectiva de resolución de conflictos ya que “no solo es capaz de reconstruir la convivencia, sino que abre cauces para la mejora personal y estimula la participación social del alumnado” (p.10). En un mundo cada vez más interconectado y diverso, aprender a perdonar a los demás y a uno mismo puede ayudar a construir relaciones más saludables y armoniosas. Además, el perdón puede contribuir a la resolución de conflictos y es crucial para ayudar a los jóvenes a lidiar con el dolor, el sufrimiento, y para fomentar una cultura de paz y respeto (González Martín y Fuentes, 2012). También puede ser una herramienta importante para el crecimiento personal, ya que permite liberarse de resentimientos y rencores que pueden afectar negativamente la salud emocional y mental. Por estas razones, es importante tratar el tema del perdón a través de la literatura juvenil.
En definitiva, para trabajar estos contenidos en el aula se hace necesario seleccionar las lecturas, pero también trabajarlas con una metodología dirigida que involucre al alumnado porque esto permite que los estudiantes adquieran habilidades y competencias que les serán útiles en su vida académica y personal. Una metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) ayuda a los estudiantes a comprender mejor los textos que leen, les enseña a analizar y sintetizar información, y les permite desarrollar su capacidad crítica y creativa. Además, trabajar las lecturas en el aula de manera dirigida promueve la reflexión y el debate, fomentando el intercambio de ideas y la construcción de conocimiento de forma colaborativa. De forma que les ayuda a desarrollar habilidades para su futuro académico y personal. Dinámicas en las que el alumnado participe de forma activa, en la que se involucre en la comprensión del perdón y lo ejercite, pues como decía Aristóteles la experiencia es la fuente del conocimiento.
Puedes seguir leyendo los resultados de esta investigación publicada en: Pareja-Olcina, María. (2024). La literatura juvenil como herramienta para la educación en el perdón: el caso de la novela «Primavera 2020». En Educación, virtudes y relatos, María Candelaria Romeu Peyró y Rocío López-García-Torres (Eds.). Madrid, Editorial DYKINSON (pp. 139-154). ISBN 978-84-1070-398-8. DOI: 10.14679/3293. https://www.dykinson.com/libros/educacion-virtudes-y-relatos/9788410703988/