Ser docente representa un considerable desafío para motivar a jóvenes de diversos entornos, especialmente en una era dominada por la gratificación instantánea, donde los estudiantes encuentran dificultades para concentrarse en tareas cuyos beneficios se cosecharán a largo plazo. En España tenemos en secundaria unos 28 estudiantes por cada educador, una cifra que supera las posibilidades de proporcionar una atención verdaderamente personalizada.
Adaptarse y buscar estrategias que motiven a un alumnado diverso para escribir y conocerse a sí mismos es fundamental. Por ello, deseo compartir una actividad que demostró ser efectiva para fomentar la escritura. La propuse a estudiantes de 4º de la ESO, quienes debían redactar un ensayo corto sobre su futuro a corto plazo. Dado que en este nivel educativo tres años representan un cambio significativo, la tarea les brindaba la oportunidad de reflexionar sobre sus acciones presentes y lo que necesitan hacer para alcanzar sus metas. Estas habilidades son cruciales no solo para el éxito académico de los estudiantes, sino también para su desarrollo personal y capacidad de expresión.
Buscaba un tema que resonara con ellos, que los incitara a pensar en su futuro y, sobre todo, que los motivara a actuar y reflexionar. Por eso, les propuse la pregunta: «¿Dónde te ves dentro de tres años?«.
Los textos revelaron mucho más que simples aspiraciones juveniles. Vi el anhelo de crecimiento, la necesidad de independencia y el deseo de mantener lazos significativos con amistades y seres queridos. Sin embargo, hubo algunas redacciones que reflejaban una falta de visión de futuro, lo que a menudo se correlaciona con una menor motivación académica. Al conocerlos mejor, también resulta más fácil redirigir actividades y propuestas.
En la búsqueda de clarificar el camino profesional de mis estudiantes, decidimos explorar tres rutas laborales fundamentales: ser asalariado, autónomo o emprendedor, y funcionario. Para cada una de estas opciones, generamos una lluvia de ideas de palabras clave relacionadas con las competencias, habilidades y cualidades asociadas a esos campos. El objetivo era proporcionar a los estudiantes una visión clara de lo que cada camino implica y ayudarles a identificar con cuál se sienten más identificados según sus capacidades y aspiraciones. Por ejemplo, para ser asalariado, destacamos la importancia de la adaptabilidad y el trabajo en equipo; para el autónomo o emprendedor, la creatividad y la capacidad de asumir riesgos; y para el funcionario, la estabilidad y el servicio público. Esta actividad no solo los animó a reflexionar sobre sus futuros profesionales, sino también a evaluar sus intereses personales y habilidades actuales en el contexto de estas opciones de carrera.
La última palabra que aprendimos fue: RESILIENCIA, fundamental para seguir adelante.
El poder de la escritura radica en su capacidad para abrir puertas a nuevos mundos, tanto reales como imaginados. A través de la reflexión escrita, animamos a nuestros estudiantes a tomar las riendas de su futuro, enseñándoles que sus acciones de hoy son los pilares de sus logros de mañana y que la escritura nos permite conocernos mejor y poner nuestras ideas y pensamientos en orden.