Plasticidad de íconos como elemento pedagógico motivador y de disfrute en las enseñanzas literarias clásicas

El lenguaje queda definido por el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE 2014), como la “facultad del ser humano de expresarse y comunicarse con los demás a través del sonido articulado o de otros sistemas de signos”. Ante esta definición nos parece oportuno explorar otras vías de comunicación por las que el adolescente se expresa. La asignatura de Lengua y Literatura Española es un espacio propicio para que los jóvenes aprendan a formular sus ideas o emociones y así comprender el mundo en el que viven. En este sentido el lenguaje literario y pictórico se vincula compartiendo temas, recursos y modelos artísticos. En la carrera profesional como docente he asociado las explicaciones sobre manifestaciones artísticas partiendo de un cuadro. Esto es así porque el sentir popular y artístico no se puede dividir en compartimentos estancos, así que la cultura y su comprensión se muestran de igual forma en el campo literario y pictórico. Y este tipo de exposiciones, aunque usan códigos estéticos diferentes, permiten al alumnado comprender visualmente una corriente literaria antes de analizar su repercusión en la literatura. Sin embargo, en este tipo de intervenciones los estudiantes reciben de forma pasiva el contenido y, a pesar de su validez pedagógica, el objetivo con esta propuesta didáctica es que el estudiante participe de forma activa en su propio aprendizaje.

En cuanto al currículo español, este siglo ha apostado más que ningún otro por diluir los límites entre las artes e intensificar los intercambios entre ellas. Así, la ley de educación actual en España considera el aspecto artístico y la metodología de aprendizaje activa objetivos curriculares primordiales:

La finalidad de la Educación secundaria consiste en lograr que los alumnos y alumnas adquieran los elementos básicos de la cultura, especialmente en sus aspectos humanístico, artístico, científico–tecnológico y motriz; desarrollar y consolidar en ellos los hábitos de estudio y de trabajo; así como hábitos de vida saludables, preparándoles para su incorporación a estudios posteriores, para su inserción laboral y formarles para el ejercicio de sus derechos y obligaciones de la vida como ciudadanos (LOMLOE 2020)

Históricamente también se encuentran en la literatura textos inspirados en obras pictóricas y viceversa (Rafael Alberti, Paul Verlaine, Rubén Darío, Mario Vargas Llosa, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Gertrude Stein…) que estimulan la creación en cada momento histórico. Cabe, pues, hablar de una confluencia entre escritores y artistas en la que ambas disciplinas se nutren la una de la otra. Las palabras y las imágenes se entrelazan en un esfuerzo comunicativo que Yuri Lotman definió como “estructuras de comunicación que se superponen sobre el nivel lingüístico natural” (1982, 20) y que, al igual que otros sistemas semiológicos, también deben ser entendidos como lenguas. Estudios más recientes, como el de Carrere y Saborit (2000), observan la pintura como un lenguaje, entendido como conjunto de signos compuestos por significados materiales, conceptuales y sensoriales. Y es que hay dimensiones de la vida que, por su complejidad simbólica, poseen sus propias claves y signos.

En este sentido, este tipo de lenguaje artístico es capaz de ofrecer al alumnado vías y códigos a realidades de la experiencia perceptiva que no tienen una referencialidad consensuada y así aumentar su capacidad expresiva y comunicativa. En definitiva, “el arte puede describirse como un lenguaje secundario, y la obra de arte como un texto en ese lenguaje” (Lotman 1982, 20). En este sentido, la correspondencia entre lenguaje, literatura y pintura concierne al quehacer educativo que debe propiciar espacios de unión e interdisciplinariedad en los centros. La educación en secundaria debe considerar estas circunstancias y orientarse hacia un uso didáctico de la iconografía, que integre pintura–literatura–lenguaje, con el objetivo de fomentar la plasticidad de iconos y la participación activa de los jóvenes en un mundo plagado de imágenes. Por ello surge la necesidad de crear una propuesta metodológica que permita plantear conexiones entre dos asignaturas claves para ampliar el espectro comunicativo del alumnado participante: Lengua Castellana y Literatura; Educación Plástica Visual y Audiovisual.

Sigue leyendo el artículo de forma gratuita en: Pareja-Olcina, María. 2022. «Plasticidad de íconos como elemento pedagógico motivador y de disfrute en las enseñanzas literarias clásicas.» Revista Internacional del Arte en la Sociedad 1 (1): 51-65. doi:10.18848/2770-5684/CGP/v01i01/51-65.