El siguiente experimento es muy sencillo y podéis comprobar en ocho horas los resultados. Tan solo tenéis que dedicar una sonrisa a todas las personas que se crucen hoy por vuestro camino, de esta forma comprobaréis cómo en más de una ocasión os devuelven esa sonrisa tanto personas conocidas como desconocidas y quién sabe… puede que hasta conozcas a alguien interesante.
Este experimento tiene su origen en una compañera que conocí cuando me mudé a Valencia, éramos dos estudiantes y ella estaba acabando la carrera cuando yo la empezaba. Un día la vi salir super guapa, se había arreglado, así que me acerqué para decírselo y me dijo lo siguiente:
Te voy a confesar un secreto, los días que más deprimida estoy, en los que tengo menos ganas de levantarme porque todo me ha salido mal y no se ha cumplido nada de lo que esperaba. Es decir, los días que me gustaría quedarme en la cama sin dejar de llorar, esos días me levanto y me arreglo más de lo normal, me pongo guapa y salgo a la calle. Así que cuando acaba el día me han regalado un montón de comentarios positivos y me siento mucho mejor.
Como veréis lo que más me llamó la atención de esta historia es la voluntad de cambiar la realidad, nunca hubiera pensado que alguien hecho polvo sale a la calle con una sonrisa y vestida como si fuera a comerse el mundo. Así que esto me dio que pensar, de la misma forma que espero os haga reflexionar. Es inevitable que vivamos situaciones difíciles, el reto está en cómo nos enfrentamos a ellas. Desde aquel día decidí dedicarle una sonrisa a la gente que me cruzo en mi camino, especialmente en el Instituto. Es tan sencillo como eso, mover estos músculos de la cara y ver a profesores, alumnos, padres, desconocidos… que te devuelven una sonrisa. De forma inmediata se crea una conexión con los demás, ya no te sientes solo y aquello que te ha puesto de mal humor se va disipando a medida que te van dedicando sonrisas.
En este apartado te propongo que uno de los días que te levantas con el pie izquierdo, te hagas un pelo especial o te pongas tu camiseta favorita y lo más importante: no olvides salir de casa con una sonrisa. Cuando acabe el día te sentirás fenomenal.
Reflexiona: ¿qué incidente te había puesto de mal humor?, ¿un día de sonrisas ha cambiado en algo tu percepción de la realidad?, ¿has acabado el día sintiéndote mejor?
Cuéntamelo en los comentarios.