Entiendo que mis padres quieren lo mejor para mí, un futuro en el que no tenga que preocuparme por llegar a fin de mes y por eso me esfuerzo cada día, para darles esa satisfacción.
Pero lo que no entienden y no entenderán jamás es que no me importaría no tener nada, nada en absoluto, siempre y cuando me quedara la música, el baile.