Nacho

Esa chica me mira por un segundo y tengo la impresión de que se ha detenido el tiempo, nunca antes la había visto así.
Me veo reflejado en sus pupilas y la mujer que pugna por salir de mi interior se aparta, no quiere tener nada que ver con esto, con esta aberración, con esta paliza.
¿Qué estoy haciendo?
Los demás se apartan también y creen que ya hemos terminado.
Ellos comienzan a caminar hacia el Instituto, como si nada, pero yo no puedo, no soy capaz de esconder a mi yo femenino, así que nos quedamos los dos allí, inmóviles.
Quiero que esa chica me mire.
Quiero pedirle perdón.
Quiero contarle por qué he hecho lo que he hecho.
Quiero ser su amiga.
Pero ella no me mira y no puedo sentir su mirada penetrante de auxilio.
Alejandro me llama y vuelvo a mi personaje, como cuando a una película le das al play.